Fecha 18 de Marzo de 2018, estadio Olímpico Pascual Guerrero, el rival a vencer Bucaramanga, marcador 1 – 0 a favor de la Mecha, segundo tiempo, tiro libre para el arco de tribuna sur, entre los tres palos el arquero Ojeda de los Bucaros, en el tiro libre un muchacho que se ha ganado el corazón de la Hinchada Escarlata, el Número 13, Juan Camilo Angulo, dispuesto a pegarle de tiro libre.

Segundos más tarde una Hinchada dolida por malos resultados canta a rabiar un golazo de Angulo que hizo estremecer en lágrimas a otro ídolo escarlata hasta entonces técnico de la Mecha, Polilla da Silva… en ese momento mis recuerdos más felices de crio florecieron (me hicieron pensar de allí mismo hizo uno Bataglia), esa noche volvió a florecer ese sentimiento escarlata que no abandona a pesar que son otras épocas (la mayoría del tiempo dolosas) , y hacen anhelar épocas mejores, ese gol de Juan Camilo me devolvió al América del médico Ochoa, en esas épocas el protagonista era otro, un man Mechudo, menudo y más bajito que Juan Camilo, se convirtió en sello de golazos de larga distancia y de calidad.

Rememorando:

Eran los ochentas, en Cali se respiraba el Olor que desprendían las flores del caballero de la Noche, en la esquina el plan era comer empanadas o papa aborrajada con Champús o gaseosa popular con sabor a tamarindo ( normalmente se llevaba en chuspa o bolsa plástica, para apostar el resultado del partido), después de ir a piscina con los compinches de la cuadra del Barrio, nos subiamos a los palos de mango a bajar cuanto se pudiera de ese fruto viche para comer con sal, Para luego empezar a poner los ladrillos que siempre apilábamos en la mitad de la cuadra para jugar el Clásico Cali vs América de Cali en nuestras mentes y corazones de niños.

Mi casa quedaba a pocas cuadras del estadio y quedó indeleble en mi memoria, el grito herido que se escuchaba al unísono en el estadio, la telera, las casas, y en todo Santiago de Cali,  cuando América por medio de Juan Manuel Bataglia, hizo el primer gol a Peñarol en el Pascual, en la Final de Copa Libertadores, por aquel entonces yo creo que todo el País se sentía Escarlata, ningún equipo Colombiano había llegado tan lejos, América quedó en la Historia como el primer equipo Colombiano en atreverse a hacerlo.

Hoy  vino a mi memoria uno de los héroes más grandes que ha tenido América de Cali en su Historia, el hombre que estoicamente Jugaba tenis en un campo de Futbol con el Chileno Aravena (Dep. Cali) en los clásicos Cali vs América, hablo de una pierna prodigiosa, de héroe de las más grandes hazañas Escarlatas que un niño pueda recordar, un pequeño gigante que hizo grande a la Mecha y metió junto a otros 10 guerreros en el mapa a la Sucursal del Cielo en Latinoamérica, hablo de Juan Manuel Bataglia.

El hombre el Héroe

"El trabajo que realizó el médico Ochoa con los jugadores que integramos esa plantilla fue fundamental, Las enseñanzas fueron inmensas de una persona que era adelantada en el fútbol”.

Esas son las palabras desinteresadas de un Jugador que hizo grande al américa en la época de los Ochentas, Juan Manuel Battaglia Melgarejo (Asunción, Paraguay, 11 de junio de 1957), actual entrenador paraguayo que se desempeñaba en la posición de mediocampista o delantero, Jugó en Nacional, Cerro Porteño y en América de Cali, Durante su permanencia en el conjunto Escarlata, adoptó la nacionalidad Colombiana, actualmente dirige a la Selección Atyreña de Fútbol.

Su primer club fue el Nacional en Paraguay en el cual tuvo un estupendo desempeño, lo que lo llevó a formar parte de Cerro Porteño, en donde alcanzó el título nacional.​

En 1979 pasó al América de Cali junto a su compañero de equipo en Nacional y Cerro y amigo personal Gerardo González Aquino. Ese mismo año ganó el primer título nacional en la historia americana, y se convirtió en uno de los jugadores emblemáticos del club en toda su existencia, al contribuir con cinco campeonatos nacionales más y tres subcampeonatos de la Copa Libertadores de América.

Estuvo en el cuadro caleño hasta el primer semestre de 1989,​ posteriormente jugó en el Deportivo Pereira el resto de ese mismo año, en 1990 fichó nuevamente por el Cerro Porteño, club con el que lograría el campeonato paraguayo de esa temporada, siendo Battaglia uno de los pilares de ese equipo, bajo la dirección técnica de Sergio Markarián, para finalmente retirarse.​

Desde entonces ha sido asistente técnico de varios equipos de Paraguay, En abril de 2010 asumió el mando del primer equipo del club Nacional, para que al poco más de un año en el Apertura 2011 le diera al club tricolor el octavo título nacional de la Primera División.​